Recipe in Englih here
Después de los excesos de este
largo fin de semana, léase tronco de Navidad por si alguien se pensaba otra cosa... hoy toca algo más ligerito
para compensar pero lleno de sabor gracias a la salsa de soja.
De pequeña las verduras no me
gustaban mucho, que se lo digan a mi pobre madre que se empeñaba en que las
comiera como fuese, no sé cómo no me tiró la zapatilla alguna vez que otra a la cabeza cuando me ponía a patalear como una salvaje a la
hora de comer… si me lee algún político, en la hora del café por supuesto, desde aquí pido un monumento dedicado a la paciencia de nuestras santas madres.
Luego ya de más mayor mi madre alucinaba conmigo cuando
íbamos a un chino o un wok y me las comía todas crujientes y casi
sin cocinar… yo creo que a veces me miraba como pensando ¿quién eres tú y qué has hecho con mi hija?
Y es que según iba creciendo poco a poco me fui buscando otras
formas de comer verduras más atractivas que la típica
menestra con esas bolitas verdes que no quiero ni mencionar... descubriendo
así sabores e ingredientes que en mi casa hasta entonces se habían usado poco o
nada, tales como la col, el brócoli, o la salsa de soja, que no
recuerdo ya cuantos años llevo usándola pero sí sé que cada vez estoy más feliz
de haberla descubierto.
Total, que con el tiempo nos
acabamos comprando hasta un wok y para estrenarlo mi novio se ideó este plato que
me encanta, porque pollo y setas son una
combinación que nunca falla y si encima le añadimos la salsa de soja pues
imaginad. Luego para darle un toque de color le añadimos unas verduras que se
integran perfectamente y si alguna no os gusta siempre podéis sustituirla.