Helado casero de arroz con leche – Sweet rice pudding ice cream

 

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Mi madre es una auténtica fanática del arroz con leche, yo creo que sería capaz de estarse una semana entera cenando todas las noches un tazón de arroz con leche y tan contenta… a mí en cambio me gusta muy  pero que muy de vez en cuando (lo mío es el chocolate…)  así que  siempre me está pidiendo  que se lo haga porque dice que me sale mucho mejor que a ella, supongo que será porque yo peso la cantidad de arroz con esa cosa que se llama báscula a la cual ella sólo se acerca para quitarle el polvo.

Total que  el otro día por darle el gusto le hice una buena cantidad y cuando volqué en los tazones había allí arroz para dar y regalar, por lo que se me ocurrió gastar un poco en un helado que llevaba tiempo dándole vueltas después de haber visto varias versiones. Al final he optado por hacer la mía propia, porque ninguna me acababa de convencer.

Básicamente consiste en mezclar nata montada, esta aporta la grasa necesaria para el helado,  con el arroz con leche y poco más, nada de huevos o yogures…  para que así no se pierda ese sabor a arroz con leche que es lo que yo quería que destacara sobre todo.

Para el arroz con leche  he usado mi receta que ya está publicada en el blog aquí, pero obviamente cada cual lo puede preparar a su estilo siempre y cuando al final tengamos la cantidad necesaria de arroz con leche para el helado.

En esta ocasión sí le he puesto azúcar invertido para asegurarme de que no se fuera a cristalizar el helado, porque no tenía muy claro qué resultado daría.

Sale un helado bastante bueno, con auténtico sabor a arroz con leche y lo único que sí que hay que sacarlo un poco antes del congelador para poder trabajarlo. Pero merece la pena probarlo porque además no es un sabor que se suela ver mucho comercializado, yo de hecho no lo he visto nunca en un super.

Risotto de habas y berenjena con jamón – Eggplant and fava beans risotto

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Tenía en la nevera una berenjena que la pobre se había quedado ahí sola, y pensando en qué gastarla antes de que se estropease se me ocurrió preparar este risotto junto con unas cuantas de habas y por supuesto un poco de jamón que si hay algo que le va bien a las habas eso es el jamón. Aunque si sois vegetarianos se puede prescindir perfectamente de añadírselo. 

Así que aquí os dejo lo que finalmente salió, partiendo como siempre de un buen caldo básico casero (receta aquí) y con la aclaración de que aunque lo llame risotto, yo no le añado nunca mantequilla como suele hacerse en los risottos… me parece que el queso ya le aporta suficiente grasa como para además ponerle la mantequilla.

Y en cuanto al queso yo siempre uso un queso de la tierra, algún manchego u otro queso viejo con carácter, paso de pagar los 20 euros/kg que me piden por un grana padano o parmesano medio en condiciones. 

 

Licor de café moka con ron – Mocha rum liqueur

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A estas alturas de mes media España está de puente y la otra media está de vacaciones… pero para los que seguís por aquí hoy os propongo esta receta para preparar un licor perfecto para regalar si vamos a una cena o simplemente para tomárselo en casa por la noche a pequeños sorbitos sentados al fresco mientras nos distraemos leyendo un buen libro o echando una partidilla de cartas con la familia.

Recomiendo utilizar un ron de calidad al menos media porque quiera que no repercutirá en el resultado final que el ron sea más o menos bueno.

 

Albóndigas con salsa de tomate casera – Meatballs with tomato sauce

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Hoy toca otra de esas recetillas de supervivencia para principiantes en la cocina, para aquellos que se quieren esmerar un poco y en vez de echarle un bote de tomate frito a las albóndigas quieran hacerle una salsa casera usando tomates frescos.

Además es uno de  esos platos perfectos para hacerlos la noche anterior y al día siguiente sólo tener que darle un calentón para comer caliente. Para mi gusto la salsa queda mucho mejor así reposada que si nos la comemos nada más apartarla del fuego.

Albóndigas de cerdo jugosas, receta básica - Pork meatballs, basic recipe

 

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Este blog  desde un principio ha estado  orientado a personas que empiezan en esto de cocinar y por tanto no puede faltar la receta de unas albóndigas básicas a las que luego les podremos hacer la salsa que queramos para acompañar o simplemente comérnoslas fritas.

Gracias a que llevan el pan remojado en leche quedan muy suaves y jugosas y se deshacen al morderlas, es por ello que aunque cueste un poco más darles forma prefiero no añadirles más pan rallado a la masa.

También llevan huevo que hace de aglutinante y ayuda a que mantengan la forma.

Os doy los ingredientes para hacer un kilo de carne picada, porque ya que nos ponemos a ensuciar cacharros merece la pena hacer bastantes.  Yo lo que hago es que cocino la mitad y congelo el resto para hacerlas más adelante.

Para cocinarlas las frío en la freidora y luego le hago la salsa que se me antoje ese día; en mi casa como más se suelen comer es en salsa de vino blanco y cebolla (podéis ver la receta aquí)  

 

O en salsa de tomate casera (receta aquí), pero hay multitud de posibilidades y poco a poco las iré también subiendo.

Buñuelos de gambas y calabacín - Prawn and zucchini fritters

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No soy persona muy amante del marisco, de hecho no me gusta casi nada… cosa que odio más que nunca cuando voy a una boda y me toca quedarme mirando como los demás se ponen moraditos y yo venga a pellizcar pan y beber agua, eso sí luego cuando llega el solomillo tengo el estómago más que dispuesto a dar buena cuenta mientras el resto de comensales ya están rellenitos cual pavo de navidad y pensando en el bicarbonato y las sales de fruta.

La cuestión es que aunque a mí no me vuelva loca a mis “conejillos de India” sí que les gusta comer de vez en cuando  unas gambillas y algún que otro de esos bichos con un montón de patas. Así que cuando encuentro una receta que podemos comer todos, sin que para mí sea un sufrimiento,  la guardo como un pequeño tesoro  como  es el caso de estos buñuelos de gambas que desde que me pasaron la receta ya se han vuelto un clásico en mi cocina. Y es que cada vez que los hago vuelan de la fuente en un plis plas.

Helado de dulce de leche – Dulce de leche ice cream

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La entrada de hoy bien podría titularse también “Cómo decir adiós a la operación bikini en 5 minutos”, que es aproximadamente el tiempo que tardas en devorar una copa de este helado… pero es que está tan bueno!!!

El año pasado cuando lo hice por primera vez me encantó,  al probarlo sinceramente me pareció estar comiendo caramelos solano a cucharadas así que ya os podéis imaginar a qué sabe este delicioso helado, también os aviso de que es un poco adictivo...

Se prepara muy fácilmente y además tiene la ventaja de que lleva muy pocos ingredientes, todos fáciles de encontrar y sin necesidad de preparar azúcar invertido, así que no os lo penséis más  si queréis daros un  gustazo.

Por último contaros que se puede hacer reservando parte del dulce de leche para añadírselo al final, yo suelo dejar unos 100 g, para que quede repartido por el helado como en tropezones, o  añadir todo el dulce de leche de primeras a la mezcla y listo, eso ya lo dejo a vuestra a elección.

Con tropezones de dulce de leche

Sin tropezones

Quesadillas "criollas"

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Los que lleváis ya algún tiempo siguiendo mi blog o el Facebook estoy segura de que conocéis de sobra mi adicción al queso y es precisamente de ese vicio de donde surgieron estas quesadillas.  Un buen día que iba a hacer empanadas criollas argentinas cambié de idea sobre la marcha e improvisé éstas añadiendo queso en cantidad y un buen aguacate, además de usar las tortillas de trigo típicas por supuesto. El nombre como podéis suponer se lo he puesto basándome en que llevan chorizo criollo.

La verdad es que aquella vez triunfaron y desde entonces he tenido que repetirlas más de una vez, al igual que las quesadillas de pollo y aguacate (receta aquí).

O las quesadillas de ternera (receta aquí).

Berenjenas con salmorejo y pequeña visita a Córdoba

Como la receta de hoy es muy sencillita voy a aprovechar para hablaros un poco del sitio donde la descubrí: la preciosa ciudad de Córdoba.

Si alguna vez tenéis la posibilidad os recomiendo que paséis al menos un fin de semana allí, es una ciudad bastante bonita y fácil de recorrer, pudiendo completarse la estancia con  un tercer día para  visitar las ruinas de la cercana Medina Azahara.

Hay muchísimos rincones para visitar pero no puedo poner foto de todos ellos que se haría eterna la entrada… así que os pondré foto de lo más típico y el resto lo tendréis que descubrir por vosotros mismos: los baños árabes, el puente romano y la Torre de la Calahorra, el Cristo de los Faroles, la plaza del Potro, el monumento a los enamorados, la sinagoga, los patios, la calleja de las flores, el estrecho callejón del pañuelo, la encantadora calle Cairuán, el Palacio de los Marqueses de Viana etc etc…

Tarta mousse de chocolate blanco y coco (sin horno) – Coconut and white chocolate mousse cake (no-bake)

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Hace unos días subí al Facebook del blog la foto de esta tarta y os pregunté de qué pensabais que era, yo sinceramente creía que ibais a caer más fácilmente sin embargo la mayoría pensasteis que era de queso... pues no! Como podéis ver hoy la tarta es de coco!

Llevaba algunos días haciendo pruebas para dar con una que me gustase de verdad, que supiese a coco sin necesidad de añadirle  ningún aroma artificial al tiempo que no fuese pesada al paladar, además de ser sin horno que en verano con el calor no me apetece nada encenderlo salvo que sea imprescindible. Y después de varias tentativas y combinaciones de ingredientes di por fin con la TARTA definitiva, con un color blanco intenso precioso y un sabor estupendo. 
 Sinceramente en casa ha triunfado, incluso los que no son muy amantes del coco me han reconocido que queda bastante buena y es muy agradable comerla así fresquita para merendar, vamos que entra casi sin querer, cucharadita a cucharadita…

Consiste en una mousse preparada usando leche de coco, a la que le he añadido un poco del mismo rallado para potenciar el sabor y darle textura, y todo combinado con chocolate blanco para aportarle dulzor, es por eso que no lleva azúcar salvo una cucharada que puse  a las claras.

Para presentarla en forma de tarta he añadido gelatina  a la mousse para que le dé cuerpo y le he puesto la típica base de galletas molidas mezcladas con mantequilla, elegí galletas oreo porque me gustaba la idea del contraste entre el blanco del coco y el negro de las galletas Oreo, pero se pueden usar cualquiera.