El otro día en los flamenquines de pollo
rellenos de aguacate ya os hablaba
de mi amor por el aguacate pese a que tuvimos un mal comienzo… pero como
podréis ver en futuras recetas lo nuestro es ya un idilio consagrado! Ponga un aguacate en su vida va a ser mi lema
a este paso jajaja
Ese mismo día también os comenté brevemente lo mucho que me gusta
la cocina al estilo mexicano, pues bien hoy os traigo una pequeña muestra con estas
quesadillas de pollo que junto con las quesadillas de ternera picada son mis dos recetas favoritas
por ahora de todas las que he probado de quesadillas.
Son muy sencillas de preparar, quedan bastante sabrosas, e
incluso pueden servirnos para reciclar esos restos de pollo asado o frito que quedan en la cocina y que no sabemos muy
bien qué hacer con ellos. Así que sinceramente recomiendo probarlas aunque las fotos no le hagan justicia a lo buenas que están.
Quesadillas de pollo y aguacate
Ingredientes
400 g
pechuga de pollo sin piel ni huesos, cortada a daditos pequeños
1 cebolleta
grande, picada fina
1 tomate
grande (250 g aproximadamente), cortado a daditos
1 lata de maíz
pequeña (140 g escurrido)
2 aguacates medianos maduros, cortados a
daditos
150 g queso Maasdam
rallado para el relleno *
150 g queso Maasdam
rallado para cubrir*
Zumo de 2
limones medianos
Comino al
gusto
Tabasco al
gusto
Sal y
pimienta negra recién molida al gusto
Aceite de
oliva virgen extra
8 tortillas
mexicanas de trigo, para 8 quesadillas o
4 sincronizadas*
Crema agria
200 ml de
nata para cocinar
Zumo de
medio limón
* El queso que se suele emplear en muchas recetas mexicanas o tex
mex es el Monterrey Jack pero dado que aquí en España es bastante complicadito
de encontrar yo le pongo queso holandés que funde bien y no tiene un sabor que interfiera mucho.
* Estos ingredientes dan para comer 4 personas perfectamente, por
lo que pongo 8 tortillas de trigo
contando dos para cada uno, pero como veréis a veces relleno menos tortillas y
empleo la mezcla en una cazuelita o simplemente para preparar unos nachos.
Preparación
Primero que nada prepara la
crema agria, para ello vierte la nata en un
tazón y añádele el zumo de limón. Remueve bien para mezclar y deja reposar mientras preparas lo demás.
Ralla 300 g de queso, yo he usado Maasdam pero vale cualquiera que
funda bien.
Corta la pechuga en daditos pequeños y dórala en una sartén con un
chorrito de aceite de oliva virgen extra. Sazona con un poco de sal y pimienta.
Reserva.
Pon el horno a precalentar a 200 ºC, calor arriba y abajo, y ponte a preparar el
relleno.
En una fuente grande pon el maíz de lata escurrido, la cebolleta
picada, el tomate y el aguacate a daditos. Reserva un poco de todo para decorar
luego las quesadillas.
Agrega también el pollo y salpimienta.
Añade poco a poco el zumo
de los limones y el comino. En mi
opinión estos dos ingredientes son la clave de esta receta, recomiendo añadir
bien de ambos aunque poco a poco para que puedas ir probando hasta que esté a
tu gusto.
Echa un chorreón de tabasco
para darle un toquecito picante pero sin pasarte, que es mejor poner luego la
botella en la mesa y que cada cual se sirva. Y Finalmente añade la mitad del
queso rallado a la mezcla, que por algo se llaman quesadillas, y remueve todo bien para que se integren los
sabores.
Prepara una bandeja de horno con papel de aluminio y úntalo con
aceite para evitar que se peguen las tortillas a él.
Rellena ahora las tortillas, para ello puedes hacerlo de dos formas:
En quesadilla. Dispón sobre cada tortilla un poco de mezcla, crema agria y queso
rallado por encima; ciérralas doblándolas por la mitad y colócalas en la bandeja del horno.
O en sincronizada superponiendo dos tortillas con el relleno en
medio.
Recomiendo rellenarlas ya directamente sobre la bandeja de horno para no tener que moverlas. Cuando tengas todas rellenas mételas al horno a
200ºC el tiempo suficiente para que se deshaga el queso.
Si no las quieres muy doradas puedes taparla con papel de aluminio para protegerlas del calor o con otra tortilla.
Si no las quieres muy doradas puedes taparla con papel de aluminio para protegerlas del calor o con otra tortilla.
Sírvelas bien calientes con un poco de crema agria por encima y
decoradas con tomate, maíz y aguacate.
Por último decir que a veces
preparo una pequeña cazuelita de
barro con la mezcla sobrante; la cubro con mucho queso y crema agria y la usamos para dipear
con los totopos o nachos, mojándolos en el queso derretido.
Otras veces si tengo arroz blanco cocido sobrado en la nevera, de
una ensalada por ejemplo, lo pongo de base en la cazuela, le pongo la mezcla de
aguacate encima y queda delicioso horneado con el queso.
También podemos usar la mezcla con nachos, añadiéndole bien de
salsas, chorizo, jalapeños y cualquier cosa que se nos ocurra.
Y sin más a disfrutarlas!
Acabo de conocer tu blog,y me quedo por aquí como seguidora ya, porque tienes recetas realmente ricas! Me ha encantado todo lo que he visto :) Estas quesadillas tienen una pinta estupenda! Un beso
ResponderEliminarEncantada de tenerte por aquí Nieves. Un saludo :)
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