Recipe in English here
La receta de hoy es tan sencilla que voy a tener que rellenar esto
con un poco de historia…
El camembert comenzó a elaborarse en el s. XVIII en la
Normandía francesa, región donde está la población de Camembert de la cual toma
su nombre, pues según la tradición este queso fue inventado durante la
revolución francesa por una granjera de dicho pueblo, aunque más tarde se
demostró que el queso ya se vendía en el mercado de Camembert desde antes y que
dicha señora no inventó nada sino que simplemente lo dio a conocer y sus
herederos lo industrializaron.
Actualmente su uso se ha extendido a lo largo de todo el
planeta, siendo un emblema de la gastronomía francesa. Tal difusión se debió a
que desde finales del siglo XIX se envasa en cajitas de madera, lo que facilita
su transporte, pues antes se envolvía en paja y de París no pasaba (me imagino un borrico tirando de una
carreta llena de paja y quesitos por esos caminos...)
Es un queso elaborado con leche de vaca en su totalidad, blando
de pasta compacta, y con bastante materia grasa (el 45%). Su corteza está
cubierta de un hongo que le da su característico color blanquecino y que provoca la maduración del queso de afuera
hacia adentro. Dicho hongo es también el causante del sabor fuerte de la
corteza.
Es pues un queso que hay que tener cuidado a la hora de
comprarlo, porque si está viejo resulta para mi gusto bastante fuerte al
paladar y nada agradable, yo recomiendo que falte al menos un mes para la fecha
de caducidad, que sería un camembert "jeune" (joven).
Vamos pues con esta sencilla receta que es un aperitivo ideal para tomar con el
vermouth.
Ingredientes
1 queso camembert de 250 g más o
menos, cortado en 8 porciones
Harina
Pan rallado
2 huevos
Pimienta y orégano al gusto
Aceite de girasol, o de oliva suave.
1 bote de mermelada de frambuesa, o
de tomate, o de fresa, o de cualquier otro fruto rojo.
Elaboración
Sacar el queso del frigorífico, para
que pierda frío y quede cremoso por dentro al freírlo.
Preparar 3 platos: uno con el huevo
batido, otro con la harina y otro con el pan rallado.
Mezclar la harina con la pimienta y
el orégano.
Pasar el queso por la harina, luego
por el huevo de manera que se impregne totalmente y finalmente por el pan
rallado. Asegurarse de que está todo cubierto uniformemente.
Yo de todas maneras paso los trozos
otra vez por huevo y pan rallado, para hacerle una corteza gruesa y asegurarme
de que no se salga el queso luego al freírlo. Además lo meto un poco en el
congelador justo antes de freírlos.
Calentar el aceite en una sartén bien
honda o en la freidora eléctrica. Asegurarse de que está bien caliente.
Preparar un plato con papel de
cocina.
Freír el queso (echar unas pocas porciones
cada vez para no enfriar el aceite) por ambos lados 3 o 4 minutos y dejarlo
escurrir sobre el papel de cocina.
Servir inmediatamente con mermelada
de frambuesa.
Yo lo acompañé con unas cerezas de
temporada, es un placer cuando se muerde
la cereza con el queso y suelta su jugo.
Una pinta exquisita! Llevaba mucho tiempo buscando esta receta!
ResponderEliminarMe ha encantado!!!
Estaré encantada de que visites mi blog.
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