Zahara de la Sierra y Grazalema, queso payoyo y dulces típicos

Embalse de Zahara - El Gastor

Como os adelantaba el otro día en el Facebook del blog hoy toca  "Gastroturismo", hace ya unos meses  cuando publiqué la entrada referente a El Bosque y los quesos bosqueños dejé pendiente para otra visita el queso payoyo y hoy por fin le ha llegado el turno.
Es el más famoso de la zona y es un queso artesanal totalmente ecológico  que se elabora en Villaluenga del Rosario y Grazalema con la leche proveniente de una cabra autóctona conocida como cabra payoya de la cual toma el nombre, aunque también lo hay de oveja payoya y de mezcla de ambas leches. Ha recibido numerosos y prestigiosos premios tanto a nivel nacional como internacional por lo que es más que recomendable probarlo si se tiene ocasión.

Cabras payoyas

Siguiendo pues con mi particular ruta por los pueblos blancos gaditanos esta vez ha tocado Zahara de la Sierra y Grazalema, donde pudimos disfrutar de unos paisajes preciosos y de una gastronomía rica e interesante sobre todo para los amantes de la buena chacina y de los quesos como es mi caso.

Zahara de la Sierra es un pequeño pueblo enclavado en parque natural de Sierra de Grazalema y en mi opinión es uno de los más bonitos de la zona con unas vistas impresionantes del embalse de Zahara-El Gastor.

Desde este mirador subimos andando hasta el castillo que se ve arriba del todo...

Aparcamos el coche en un mirador que hay a la entrada del pueblo y después de visitar dicho mirador subimos a pie hacia el pueblo, para poder así disfrutar del encanto de sus callejuelas.

En nuestro camino hacia el castillo, ubicado en la parte más elevada,  nos encontramos con una bonita iglesia a cuyas espaldas está uno de los rincones más hermosos de la villa, una pequeña virgen descansa sobre una columna rodeada de buganvillas y de la tranquilidad del lugar.

 

Tras dejar atrás ese rincón llegamos hasta la cuesta que lleva al castillo que supone un buen ascenso, pero que merece la pena por las vistas que se tienen desde él.

 

Después de semejante subida, y la bajada tampoco fue sencilla, se me iban los pies…, paramos en un bar en todo el centro del pueblo donde el dueño nos ofreció probar las típicas tagarninas esparragás con pimentón, un cardillo silvestre comestible que durante la posguerra según me contaba mi abuelo Manuel desapareció de nuestra zona porque arrasaron con él de tanta hambre como había. Sin embargo nos pedimos un plato de queso payoyo, unas croquetas de setas y un estofado de venado que es de los mejores que he probado, desde luego cuando el dueño nos comentó que su mujer y su cuñada guisaban de maravilla no nos mintió. 

Después de comer y volver al coche le echamos valor y decidimos ir desde Zahara  a Grazalema por el Puerto de las Palomas (1300 y pico de metros de altura…), esto sólo os lo recomiendo si sois amantes del riesgo y de las curvas porque mira que estoy acostumbrada a viajar, pues me mareé y hubo ratos que hasta pasé miedo de lo estrecha que es la carretera y de cómo son de cerradas las curvas… y aquello que no parecía tener nunca fin, cada vez más y más arriba… 

 

Vistas desde el Puerto de Las Palomas

Eso sí las vistas son impresionantes aunque tuve que hacer las fotos con el coche en marcha porque no había donde pararse. No me quiero ni imaginar cómo tiene que ser pasar por ahí en invierno con nieve...

Grazalema famoso por tener el índice más alto de lluvias de toda la península es otro pueblo blanco digno de visitar pues aunque no tenga monumentos relevantes, a destacar una antigua calzada medieval que han recuperado,  está rodeado de un entorno natural alucinante, perfecto para los que gustéis del senderismo o de disfrutar de la tranquilidad en plena naturaleza.

Allí compramos el queso payoyo  de cabra, en la variedad semicurado,   y alguna chacina de la zona. El señor que nos vendió el queso nos comentó que el payoyo original se elabora con leche de cabra pero que también es posible comprarlo de oveja y de mezcla de ambas leches para adaptarlo al gusto de otros consumidores.

Después de comprar los quesos y la chacina entramos en una bonita confitería y preguntamos por los dulces típicos de la zona. La chica que nos atendió nos explicó que una de las cosas más vendidas es la tarta de queso payoyo así que compramos media para probarla y una selección de dulces típicos de Grazalema. La tarta os aseguro que está riquísima y que duró un suspiro.

Los amarguillos son  unos pequeños dulces a base de almendra, azúcar, huevo y ralladura de limón,  llamados así por el amargor que podía producirse si se colaba entre las almendras alguna amarga, y que se cuenta que  era un dulce originariamente de pastores los cuales lo elaboraban por su sencillez sobre el terreno.

 

Amarguillos

Es muy típico también de Grazalema un dulce llamado cubilete,  que es como una especie de mantecado (lleva manteca de cerdo, harina, azúcar y canela) con forma de cubilete  y relleno, que si bien el original lleva cabello de ángel o cidra, también lo venden con crema o chocolate para los chocoadictos como yo.

Cubiletes

Y con este botín de queso, chacina y dulces nos volvimos a casa, eso sí esta vez evitando el puerto de Las Palomas…

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