Mousse de chocolate intensa - Dark chocolate mousse

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Estos últimos días de fiesta estuve de visita en Burgos así que no tuve mucho tiempo de meterme en la cocina entre una cosa y otra. Pero uno de esos días invitamos a mis suegros para que probasen el pollo al champán que ha sido el descubrimiento del año de mi novio y está empeñado en repetirlo una y otra vez, aunque yo empiezo ya a tener complejo de burbujita de Freixenet... Total que ya que venían a comer quise preparar algún postre casero y pensando en qué hacer se me ocurrió ir a lo seguro y hacer esta mousse que sé que a mi suegra le gusta mucho el chocolate. 

De un sabor intenso a chocolate y una textura suave y esponjosa  como se puede ver en la foto de portada, es una mousse que queda estupenda cuando lleva ya un día preparada por lo que os aconsejo prepararla el día antes y también recomiendo utilizar un chocolate de calidad pues es el ingrediente estrella y hartarse de trabajar para que luego nos falle el sabor por ese detalle pues no compensa.

Se puede tomar en vasitos o usarla para tartas, ya que al llevar gelatina tiene bastante cuerpo. Otra opción de presentación más elaborada es usarla para rellenar las mini charlottes de la semana pasada, que quedan ideales para San Valentín que está a la vuelta de la esquina...

Mousse de chocolate intensa

Ingredientes 6 vasitos

250 g de chocolate 70% cacao

200 g de nata para montar  (cuanto mayor el % m.g. mejor)

70 g de azúcar (unas 4 cucharadas)

3 huevos L
1 pizca de sal para montar las claras

Un poco de leche tibia para disolver la gelatina (como medio vasito de los que rellené)

2 hojas de gelatina

Preparación

Pon a hidratar en un bol con  agua fría las dos láminas de gelatina durante unos diez minutos.

En un cazo puesto al baño maría a fuego lento, sin que llegue a tocar el agua el culo del cazo,  derrite el chocolate troceado.

Cuidado de que no le caiga agua ni se queme.Una vez fundido déjalo enfriar.

Una vez frío el chocolate:

Calienta levemente la leche en el microondas y disuelve en ella las dos hojas de gelatina, tras escurrirles el agua. Remueve hasta que se disuelvan por completo,  con cuidado de que no queden grumos.

En una fuente bate las yemas con el azúcar hasta que blanqueen.

Añádele entonces la leche con la gelatina disuelta que estará ya fría. Si crees que puede tener grumos de la gelatina usa un colador para añadirla.

La mezcla resultante viértela en el chocolate fundido y remueve bien para que se integre todo.

Monta las claras a punto de nieve asegurándote de que no haya ni un resto de yema,  en una fuente bien limpia y con una pizca de sal que ayudará a que queden bien duras.
Añádelas al  chocolate  con movimientos envolventes para mezclar bien todo. 

Monta la nata hasta que forme picos suaves, la nata es mejor que esté muy fría para facilitar el montado.

Por último añade la nata montada también al chocolate y de nuevo mezcla con movimientos suaves y envolventes hasta que todo esté bien integrado.

Con una cuchara vierte la mousse en vasitos de cristal y mételos a la nevera una vez rellenos, ya que al llevar huevo no es muy conveniente que estén fuera de la nevera mucho tiempo, esto también debes tenerlo en cuenta si quieres usar la mousse para una tarta.

 La mouse debe estar al menos cuatro horas en la nevera antes de comerla para que se asiente bien, aunque como ya dije antes está mejor al día siguiente. Es preferible sacarla de la nevera un rato antes de servir.

Se puede presentar tal cual o decorar los vasitos con raspaduras o fideos de chocolate, o un poco de nata montada por encima u otra cosa que se te ocurra.