Calle Cuevas del Sol |
Hoy vengo con otra entrada de gastroturismo que hacía
tiempo que no subía nada. Esta entrada es especial para mí porque por fin después
de muchos años he conocido en persona el pueblo que vio nacer a mi abuela
paterna: Setenil de las Bodegas.
Setenil de las Bodegas es un pequeño pueblo de la provincia de Cádiz perteneciente a la “Ruta de los pueblos blancos” que bien se merece una visita dada la peculiaridad de su entramado urbano y de algunas de sus casas; casas que son cuevas naturales aprovechadas como viviendas y que están construidas bajo salientes de piedra adaptándose así por completo a la orografía del terreno, aunque en algunos casos la piedra cubre por completo la calle como un auténtico cielo de piedra siendo impresionante el pasar por debajo.
Cuando llegamos a Setenil aparcamos el coche cerca de las
Cuevas del Sol que es la zona más turística y nos fuimos andando a recorrer el
pueblo; no es recomendable circular mucho con el coche ya que las calles son
bastante estrechas y empinadas…
Un pequeño río, el río Trejo o Guadalporcún, divide el pueblo en dos partes, y es justo a
cada lado de ese río donde están dos de las calles más famosas del pueblo: La calle de las Cuevas del Sol y la calle de
las Cuevas de la Sombra, que toman su nombre de la cantidad de horas de sol que
disfrutan cada una a lo largo del año dada su ubicación.
En las Cuevas del Sol pudimos ver las primeras casas
típicas bajo la piedra, dedicadas en su mayoría a locales de
restauración para el turismo.
De allí fuimos hasta la Calle jabonería, mas apartada y
tranquila pero también merecedora de una visita.
Calle Calcetas y Calle Jabonerías, dos calles con casas típicas |
Regresamos hasta las cuevas del Sol y cruzamos por un
pequeño puentecillo hasta las Cuevas de la Sombra, calle que en algunos tramos está totalmente cubierta por la piedra y donde pudimos ver varias
tiendas de productos típicos de la tierra como el queso payoyo y los vinos de Jerez.
Cuevas de la sombra |
Después nos dejamos perder por las estrechas
callejuelas para disfrutar del encanto
del lugar sin saber muy bien hacía dónde íbamos.
Vimos en lo más alto una iglesia y un torreón y decidimos
intentar subir hasta allí.
Por la calle
Herrería, una de las más antiguas de la villa
llamada así porque albergó un taller de herrajes, subimos desde el río buscando la Plaza de
Andalucía y centro del pueblo. Esta calle es bastante singular porque sus casas
se adaptan a la pendiente del terreno siendo muchas de ellas casas-cueva.
Calle Herrería |
Desde la plaza de Andalucía seguimos subiendo y después
de pasar por un bonito arco encalado llegamos hasta el Torreón.
El torreón o Torre del Homenaje, que según contaba el cartel informativo fue construido
durante el período almohade (s. XII o XIII), fue bastión de la defensa de la
villa y un importante obstáculo para su reconquista que no se produjo hasta el
s. XV por las tropas de los Reyes Católicos.
Al lado del Torreón está el Mirador del Lizón desde el
cual se puede ver toda la villa con sus casitas encaladas.
Y después del mirador acabamos llegando hasta la iglesia de
la Encarnación del s. XVI que no visitamos porque estaba cerrada. Y así
llegamos a las dos de la tarde y hora de
comer para lo que anduvimos el camino de vuelta hasta las Cuevas del Sol.
En cuanto a la gastronomía viendo el nombre del pueblo lo
primero que se puede pensar es que debe estar lleno de bodegas y contar con un
buen surtido de vinos… pues no… resulta que la mayoría de los viñedos
desaparecieron cuando la plaga de la filoxera de la vid hizo de las suyas en el
XIX aunque ahora parece ser que alguna pequeña bodega de la zona están intentando recuperarlo.
En cuanto a comer íbamos a ir al Restaurante la Escueva
que nos lo habían recomendado pero supongo que por ser lunes estaría cerrado
por descanso así que al final acabamos en otra taberna ubicada también en la
famosa calle de las Cuevas del Sol, donde nos sentamos en la terraza y pedimos
junto con unas patatas alioli y unas croquetas caseras las típicas “masitas” de chorizo y de salchichón,
también llamadas hamburguesitas de Setenil y que son tan típicas que se pueden
pedir en casi todos los establecimientos del pueblo.
Sinceramente dudo de si el nombre es “Macitas” o “Masitas” porque en
la carta de este bar y de algún otro estaba escrito con c y no caí en preguntarlo allí, pero veo más lógico que sea el diminutivo de masa y las llamaré masitas, así que si lo estoy diciendo mal pido perdón por adelantado.
Según nos comentaron se preparan con la masa fresca del
chorizo o salchichón que proporciona una
cooperativa de la zona y se hacen a la plancha como si fueran una mini
hamburguesita, sirviéndose metidas en pan y acompañadas de patatas fritas. No son una tapa tradicional sino que son de creación relativamente reciente siendo su origen según tengo entendido que la cooperativa "Los montes de Setenil", creada en los 90, tenía excedente de carne y ofreció a los establecimientos de restauración de Setenil preparar esta tapa, teniendo tal éxito que se ha consolidado y convertido en el emblema de la localidad.
Buscando más información he leído que están catalogadas
como uno de los diez mejores bocadillos de la provincia de Cádiz y si bien no
se puede decir que sea una tapa de alta cocina la verdad es que estaban bien
buenas y merece la pena probarlas si se va por la zona, además salieron
bastante económicas (a 1,20 euros cada una).
Después de comer decidimos visitar la cercana Olvera, llamada así por su ubicación entre olivares, y que es
otro bonito pueblo blanco de la provincia de Cádiz. Es famoso por sus chacinas y chicharrones, pero a la hora que llegamos estaba todo cerrado así que nos tocará volver otro día. Aunque si pudimos disfrutar de unas
vistas preciosas de la zona que se pueden observar desde la Iglesia de la
Encarnación, ubicada en todo lo alto de la población, que hicieron que bien mereciese la pena la visita.
Olvera |
Ohhhhhh Trini, me ah encantado! Yo soy una enamorada de los pueblos blancos y la verdad es que hay tanto por conocer. Un post fantástico, que te transporta hasta el lugar, te felicito.
ResponderEliminarOjalá se acomode mi economía para poder disfrutar de momentos así, (aunque lo más caro de la visita es el gasto de gasolina). Todo llegará y podré recorrer estos lugares mágicos.
Gracias por el post!
Besos y feliz domingo!
Nosotros estamos poco a poco yendo a visitarlos todos porque cada cual tiene su encanto, es verdad que lo más costoso es la gasolina porque luego no suele haber monumentos que tengas que pagar entrada y el tapeo suele ser bastante económico en los bares de pueblo, de hecho nosotros comimos 4 personas por 25 euros con las bebidas y todo incluido.
EliminarBesos
Fantastico la visita que acabas de hacer a uno de los pueblos mas bonitos de toda España no tiene ni punto de comparacion ver esta preciosidad de pueblo en donde esta puesto. En el que hace tiempo que no voy a visitar esta maravilla de pueblo. Trini besos guapa de la cocina del titi
ResponderEliminarEl entorno es una auténtica preciosidad, no veas la de veces que me da pena no poder parar el coche en mitad de la carretera para hacer fotos!!! Y desde luego con mis fotos sólo he podido capturar fragmentos de Setenil y no he podido abarcar una imagen general ni el ambiente, eso hay que verlo en persona :)
EliminarBesos y feliz semana Jose Carlos
Trini croe que es la mejor época del año para visitar estos pueblos, no están saturados de turistas y además no hace calor. Son preciosos, a nosotros nos encanta perdernos por ellos, y como tú bien dices es imposible captar con la cámara la belleza y el embrujo de sus calles. Besos y felicidades por tan bonito post!!!
ResponderEliminarUna maravilla de pueblos, con esto nos demuestras que tenemos maravillas a nuestro alrededor sin tener que irnos muy lejos y que a veces no valoramos lo suficiente. un post precioso Trini!!Muchas gracias y besos!!
ResponderEliminarPreciosa ruta para visitar,gracias por hacernos de guia
ResponderEliminarEstos si son pueblos con encanto, como me ha gustado ver tu reportaje, vaya maravillas tenemos, cojo tu informacion haber si algun dia me pierdo por ahi, bssss
ResponderEliminarQue sitio mas hermoso me ha encantado que nos lo enseñaras!!besos
ResponderEliminarQué sorpresa encontrarme este análisis de este pueblo único y especial que visité en 2007, al hacer la ruta de los pueblos blancos junto a mi familia, mientras nos hospedábamos en una casa rural de El Gastor. Es un pueblo precioso que estoy deseando volver a visitar y donde se come de lujo como en casi todo Cádiz.
ResponderEliminarUn beso
Adrián
www.dulceriasconsorpresa.com
Que preciosidad de fotos!! madre de dios esa carretera con la piedra por encima te juro que impresiona, que maravilla de pueblo pero esto hay que verlo ahi, seria un gustazo pasear por esos lugares encantados...Bess
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